Esto es algo cortó, no es un escrito ni nada, es simplemente algo que sucede a diario...
Siempre he sido un fiel creyente de que las preocupaciones que tienes dependerán mucho de tus necesidades e incluso tu nivel social, es decir, (citando una frase de Dkano) Quien con hambre piensa en una universidad. En algún lugar de "la bolita del mundo" , en una pequeña tienda de comestibles, cariñosamente un colmado donde fían y quien atiende se pasa el día aburrido y con una "care' machete boto" , entran y salen muchas personas, cada una con su vida y con sus problemas, algunos menospreciando lo que no hay, otros acompañando a algunos y mirando que hay de nuevo en las redes sociales y mirando el sitio con “teriquito” por entender que es un sitio sucio y en el que no hay de na' bueno, otros contentos porque tienen la suerte de tener un crédito "nitido" para comprar queso y galletas, y otros medio "chivos" porque le deben al colmadero, en fin, cada quien respondiendo a lo que según su santa elite deberían hacer en un sitio como ese (me cago en los estereotipos).
Transcurridos unos minutos, la vista de todos los ahí presentes se dirigen a la entrada, donde el olor a sudor, la frente "prieta y brillosa" de un señor mayor, cansado de trabajar en una construcción se asoma para la compra de un pequeño cigarrillo para desestresarce y con esto no tener que pensar en lo que aqueja su vida, posiblemente una persona que ha pasado toda una vida trabajando como un león y que no contara con una pensión digna por no cotizar a un sistema de fortalecimiento de la clausura de un Estado Social o quizás una preocupación aun mas importante para el y sin tecnicismos idealistas, como por ejemplo tener un hijo con la famosa chikunguya, una esposa con hipersensible y el con reumatismo, en fin cualquier otro problema por el cual recurre a un vicio justo para encontrar una paz momentánea.
Tan pronto se va aquel caballero, el cual fue el único en decir "Buenos días jóvenes", siendo bastante interesante pues lo más probable es que el no fuese si quiera un bachiller y los que fueron formados con una "educación privilegiada" ni siquiera le respondieron tal gesto de cortesía, tal pronto salió este señor, muchos de los ahí presentes criticaron su olor, pero mi pregunta es ¿Esperan que una persona con ese trabajo huela a flores primaverales o a una elegante fragancia Hugo Boss? por favor, seamos un poco más realista.
Luego de esto, antes de irme, llegaron las dos clientas "favoritas" del colmadero, una niña pequeña y una anciana, la anciana procuraba algo de tomar que fuese lo más barato para alimentar a esa niña, ya que ella afirmaba no tener dinero y que está cansada de darle de comer a esa "asquerosa muchacha del diablo" , como no había lo que ella decía pues decidió comprarle algo un poquito mejor, el colmadero le pregunta "¿Con que, algo más? y la señora dijo que no tenía dinero (y nueva vez ofende a su joven acompañante), luego pide más o menos el triple de lo que costó el pequeño sorbo de vida de la niña, en cigarrillos y alcohol, es decir que para que la niña comiese no había dinero, pero para el alcohol y la nicotina siempre caerán del cielo, al momento de irse, la niña corre rápido y se robo una pequeña caja de bizcochitos, alguien la agarra y los mismos caen al suelo, ella los toma del suelo y mastica los que puede, antes de ser golpeada por la anciana que acompañaba, la niña llora pero no deja de masticar, probablemente porque ese era el primer bocado de comida que había tenido en bastante tiempo, luego se levanta para irse con esos bizcochos así y nueva vez se devuelve e intenta hacer lo mismo con otros alimentos (los mismos que fueron criticados por aquellos jóvenes pendientes a lo sucio y feo de aquel lugar), esta vez las represarías fueron aun mas fuertes y esta vez no solo de aquella anciana, la niña lloraba pero continuaba comiendo, su necesidad humana era otra, mientras la preocupación de algunos era no haber grabado el momento de "la pescozada ma' de pinga" para subirlo a las redes sociales.
Creo que es tiempo de que cada uno de nosotros revise si sigue siendo humano y más importante aún, que reestructuremos nuestras quejas y supuestas necesidades, quizás, con esta pequeña crónica, nos permitiremos entender el valor de las cosas y el compromiso que debemos asumir aquellos que por alguna razón no tenemos necesidades como aquella niña o aquel señor, sin darnos cuenta en cada uno de nosotros, en esa superficialidad que la sociedad nos ha inculcado, reposa esa anciana cuya necesidad era saciar un vicio que creía justo, siendo inobservante de las necesidades que podrían ir mas allá de eso.
Muy interesante narracion, y tal como dices, una historia real, que deberia ser visible y palpable con la misma intensidad con la cual es ignorada por la sociedad hoy en dia.
ResponderEliminarY a pesar de que ver esta realidad es un trago amargo, a pesar de saber que no podemos cambiar el mundo con un ''bibidibabidibu'' como en los cuentos de hadas, aun podemos cambiar nuestra pequeña burbuja dentro de la cual nos desarrollamos, y hacer al menos nuestro mundo, un lugar mejor.
Con aprecio
Lissa Cabrera